Gracias porque siempre me entiendes. Por adaptarte a lo que necesito y a cómo estoy.
Gracias por animarme. Gracias por expresar lo que yo siento como si fuese tuyo.
Gracias por ser tan profunda, por enseñarme tanto.
Gracias por esas frases que nunca voy a olvidar, que me hacen pensar.
Gracias por cambiar mi vida, porque sin ti nada sería lo mismo.
Gracias por ser animada y frívola cuando me siento bien; por ser dulce y comprensiva cuando me siento mal.
Gracias por ser divertida cuando estoy de fiesta; por ser tranquila cuando necesito concentrarme.
Gracias por ser dura cuando estoy segura de mi misma, y por ser excéntrica cuando me apetece llamar la atención.
Gracias por ese aspecto misterioso, lóbrego y romántico que me atrae como un imán, combinado con ese otro abierto, rebelde e idiota que me me encanta.
Gracias por ser como eres. Por ser de cientos de maneras distintas y a la vez tan diferente a todas ellas.
Gracias por tu complejidad.
Gracias por cada sorpresa. Gracias por ser capaz de hacerme reír o llorar con pasar tan solo un minuto contigo.
Gracias por luchar contra las injusticias, por defender la verdad. Gracias por hacerme soñar.
Gracias por estar siempre ahí para mí, aunque ahora nos quieran alejar.
Gracias por cada sabia palabra de consuelo, de alegría, de victoria, de valentía, de amor. Gracias por esa voz de mil timbres distintos.
Gracias por tu cultura y por tu historia. Gracias por hacer del mundo un lugar mejor, un sitio más bonito.
Dios, no sé cómo darte las gracias por tantas cosas...
Gracias por existir.
Gracias, música.
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