Llevo bastante rato en la cueva y parecía cómoda y caliente, pero se ha convertido en el infierno. Las paredes lisas se aplastan contra cada célula de mi cuerpo como si hubieran planeado asfixiarme, sin embargo sé que no pueden hacerlo, el aire está ahí regularmente. La cueva ha sido mi hogar desde que tengo memoria, no sé dónde está la salida, solo que su interior siempre ha sido seguro, pero ahora mi instinto me pide marcharme, me empuja hacia alguna parte del fondo como si supiera dónde tengo que ir exactamente. ¿Debo salir de todos modos? En el exterior que desconozco puedo escuchar sollozos y jadeos que no me gustan en absoluto. Y me dan miedo. Claro que no quiero que mi casa también se convierta en mi tumba. Sin embargo el exterior es lo desconocido, lo extraño, lo peligroso. No importa lo apretujado, oscuro o abrasador que sea el interior, al menos sé cómo era, conozco cada rincón. ¿Por qué ahora ocurre esto? “Sal fuera. Sal” continúa mi conciencia pidiendo que abandone todo mi universo. ¿Merecería la pena? Algo sigue diciendo que si no lo hago, me quedaré aquí atrapado para siempre, y la cueva me terminará aplastando. Con el corazón a cien por hora y con un instinto natural que me guía, me arrastro lentamente hacia una pequeña abertura que no había visto antes, saco primero la cabeza para ver qué me espera fuera, pero apenas puedo abrir los ojos cegado por la luz. No puedo evitar llorar, no por el miedo, sino por el ambiente ligero, fresco y extraño que me rodeaba. De repente, algo suave y blando me envuelve. ¿Qué es este sitio lleno de cosas que jamás había visto, texturas impensables, colores que no había en mi universo, y de sensaciones cien veces más nítidas?

No hay comentarios :
¿Qué opinas?