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Son cosas que pasan, no cosas que digo

Viernes, siete de la tarde, salgo de casa. Me encuentro con mis amigos, habíamos quedado hora y media antes pero ¿a quién le importa? Plaza, parque, risas... un poco de todo. Después de la cena más diversión. Solo pensamos en alcohol, alcohol, alcohol, alcohol. Por fin estamos en nuestro bar. Bebemos, charlamos, reímos, y aparecen unos chicos. Más palabras, más sonrisas, más bebida. Diversión asegurada por las calles entre la gente y los bares. A las seis y pico en casa.

Pero nada como el sábado. Dormir hasta tarde, comer pizza, sacar el último modelito del armario y a romper el molde. Un poco más de lo mismo para variar. Después de un rato de botellón por la tarde, vamos a un lugar donde nadie oiga, vea, huela. Más alcohol, sumando la cachimba. Un poco de humo nos viene bien para romper el hielo y empezar a jugar. Aumenta el sonido de la risa y el color de la diversión se vuelve nítido intenso. Hasta que salimos sin estar del todo convencidos con el resultado. Por eso volvemos al bar. Y hoy toca un doble o nada. Nos emborrachamos como si no fuese a haber mañana. Risas, conversaciones, y algún delito de última hora en el baño, pasando por dos lenguas húmedas. La fiesta sigue fuera y sigue cuando terminamos. Hasta que el sol nos ordena volver a casa.

Eso ha sido todo en siete días más: noche, fiesta, alcohol, sexo, drogas, amigos, diversión, minifaldas, y abdominales por doquier. El sueño de una vida eterna para muchos...
Pero cuando despiertas todo se ha esfumado, y entre los recuerdos no encuentras nada que valga la pena... Estás involucionando.

Es lunes ahora. No hay nadie con quien hablar entre toda esa gente, nada más que chicas que fingen ser tus amigas para tirarse a tu novio y chicos que tratan de ser tus amigos para acostarse contigo. Tampoco hay nada que hacer, solo puedes perder el tiempo en un trabajo que no te gusta demasiado, del que vas a casa a ver la televisión con una manta y dormir, con seis horas llegas a conformarte. Te quedaste ahí perdida, estancada y sin salir, mientras el tiempo te destruye. Solo viernes y sábados de demasdre que no conducen a ninguna parte... ¿qué sentido tiene este ciclo de dar vueltas alrededor de nada? Al fin y al cabo el lunes todo volverá a empezar de cero... ¿Y es esto lo que quieres para el resto de tu vida?

De tu grupo, la mayoría son personas con las que te juntas para realizar una serie de actividades divertidas en común, cuatro son tus amigos, con los demás ni siquiera compates opiniones, confianza ni cariño

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