-No lo digo yo, hijo, lo dice la sociedad.

-Hijo, en la fiesta de esta noche voy a presentarte a la nena de una amiga. Es perfecta para ti, y ya es hora de que te eches novia.
-¿Perfecta? ¿En serio? Jajajajaja.
-Sí, es joven y guapísima, imagínate, alta, esbelta, con unos grandes ojos azules, una larga melena dorada, la piel tersa...
-Típico.
-¿Decías, hijo?
-Nada, nada. Sigue.
-Lleva ganando dos años el concurso de belleza de la ciudad, incluso ha salido en anuncios y esas cosas, ya ves, ¡casi como si fuera modelo! Pero para que veas que no soy una superficial te diré que es una mujer inteligente y responsable. Además es muy importante, tiene cientos de contactos, conoce a mucha gente ¡con decirte que ya es vicepresidenta ejecutiva!
-Déjame adivinar: en el negocio de su padre.
-Claro que sí, ¡y va a dejárselo entero a ella sola! ¿Te imaginas tener un negocio así? No solo es poderosa, por supuesto, es muy rica...
-Mamá, perdona que te interrumpa, pero si según tú, es perfecta por el hecho de ser guapa, popular y, por supuesto, rica, NO es perfecta; mucho menos para mí.