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Un minuto da para mucho

Un minuto cualquiera, en un día cualquiera, en la vida de una persona cualquiera.


Quintín, 38 años, en Curitiba, Brasil
Quintín salía del autoservicio de la gasolinera con unas chucherías para sus hijos en la mano, el periódico de hoy y un paquete de tabaco para su esposa.
-Disculpe -levantó la cabeza ante la llamada de un chico joven -¿podría prestarme algo de cambio? Necesito irme lejos de aquí.

Rachel, 26 años, en Portland, EEUU
-Rachel, tenemos un problema -estaba en el despacho de su poderosos pero asqueroso jefe no sabía por qué le había convocado. Se sentía nerviosa, temía que le despidiera.
-Ayer vio algo que no debió ver -dijo el jefe demasiado educadamente.
-¿Se refiere a usted y a la secretaria?
-Todo el mundo tiene un precio. ¿Qué es lo que tú más deseas?

Carlos, 17 años, en Zaragoza, España
Su amiga le echó una mirada asesina. El suspiró y trató de hablarle; ella se puso a gritar.
-¡Estoy harta de ti! ¡Eres un imbécil! No vuelvas a hablarme.
-Bien, porque no quiero ser tu amigo -dijo él en el mismo tono. Pero antes de que ella pudiera decir nada y sin pensarlo, él la besó dulcemente en los labios.

Silvia, 51 años, Verona, Italia
En su corazón se agolpaba el miedo y la esperanza. Estaba tumbada en la camilla, cruzando las puertas de un quirófano, una gran sala blanca llena de luz, tal y como debía ser el cielo al que iría de no salir de esa operación de transplante de corazón.
-Tranquila, haremos todo posible para que todo salga bien. Y eso es mucho -dijo el anestesista mientras hacía su trabajo, y poco a poco, se sumió en un profundo sueño.

John, 10 años, Melbourne, Australia
Corría con todas sus fuerzas por el campo de fútbol. 1-1. Si metían un gol, ganaban y pasarían a la final infantil con el otro colegio ganador de Melbourne. Alguien le pasó el balón y siguió corriendo sin apartar la vista de él.
-¡Estoy solo! -gritó uno de sus compañeros de equipo cerca de la portería. John le lanzó el balón.
-¡Venga, Brad, tú puedes! -gritaron desde las gradas esperando un gol a puerta.

Cuando la vida de otros depende de la tuya.
Cuando tu vida depende de la de los demás.
Cuando todos dependen de todos. Solo durante un minuto.

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