El señor de los anillos

Hay objetos que hacen poderosos a quienes los poseen.

El poder puede encontrarse en la más pequeña de las cosas

En este caso fue un anillo que no solo era "un Anillo para gobernarlos a todos, un Anillo para encontrarlos,un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las tinieblas", símbolo de poder, sino que además destruía el alma y la voluntad de quien lo atesoraba. Corrompía a todos los seres, despertando en ellos la codicia de poseerlo, para alimentarse de la vida de su portador a cambio de otorgarle poderes únicos.

Aunque Tolkien basó la batalla interna de Frodo frente al anillo en sus ideales religiosos, el bien y el mal, el sacrificio, lo cierto es que no se aleja tanto del mundo, tanto pagano como religioso, actual.

Hay objetos que hacen poderosos a quien los posee y le otorgan una superioridad frente a los demás, objetos que despiertan la avaricia, la envidia o el miedo. Puede ser una cartera rebosante de dinero, un jugosos contrato dentro de un portafolios, un móvil lleno de contactos que podrían solucionarte la vida, una pistola cargada de balas, un momento y un lugar adecuados, o simplemente, una persona especial, alguien único capaz de darte todo aquello que deseas.