Yo soy una de esas personas

que aún estando rodeada de mucha gente, le es más fácil creer que los demás no la quieren a pensar que sí. ¿Por qué? Siempre he imaginado que para que los demás sientan algo más por ti a parte de la indiferencia que se extiende por el mundo, hay que ser algo más que los demás, como es lógico. No quiero decir mejor, si no diferente.

Creo que el amor es para las personas especiales. Esas que son insoportables de una manera tan encantadora. Que te convencen para salir a la calle los días de lluvia. Que te saludan gritando tu nombre bien fuerte. Y que todavía corren detrás de las palomas en una plaza llena de gente, aunque saben que tropezarán una y otra vez en el camino hasta caerse de bruces al suelo. Solo por hacerte sonreír.

Y resulta que yo no soy una persona especial.