Buscar este blog

Ahora tienes que ser un príncipe

Fuiste tú. No sé si a pie, a caballo o con la ayuda de un hada madrina; también desconozco tus por qués y para qués. Simplemente, un día, por decisión o casualidad, comenzaste a atravesar los desiertos, sin apenas recursos que te dejaran seguir. Los bosques, trazando un camino cuidadosamente para no perderte entre los árboles. La nieve donde casi moriste congelado. Incluso escalaste por las montañas pedregosas, donde las piedras casi te hacen caer hasta desbaratar tu camino. Entonces llegaste a una enorme muralla, de gruesa piedra, hielo macizo y acero impenetrable. Pero tú no te rendiste, aún con todos los obstáculos y de alguna manera que aún no me explico, me venciste. No solo superaste el desierto de mi silencio, el bosque inescrutable de mis razones y excusas, el glaciar de mi ironía y ciega hostilidad, la montaña de mi voluntad de retraimiento. No solo terminaste destruyendo el muro que protegía mi corazón, sino que yo por entonces, era un dragón oscuro, de escamas duras y uñas afiladas, violento, sanguinario y atroz, dispuesto a hacer pedazos a cualquiera que osara acercarse a mí. Más temeroso que temido, de ser liberado. Pues además, tú venciste al dragón y desataste toda mi ternura sobre el mundo, sobre ti. 

Y bien, así abriste mi corazón que tanto me costó proteger del dolor, que tanto llevaba cerrado y que ahora te pertenece. Por eso creo que debes de ser un príncipe, que saliste a saber cómo de algún cuento de hadas, no lo sé, y si no lo eres, he de pedirte que lo seas. De lo contrario te irás, y cuando te vayas tendré que construir lo que destruiste y transformarme en lo que hiciste desaparecer. Tardaré años en colocar todas las piedras y los muros de acero, en crear bloques de hielo para protegerlos. En crecer y que mi piel se endurezca hasta ser negra y en moldear el fuego de mi interior hasta que pueda volver a expulsarlo con un suspiro, tardaré mucho más tiempo. No me convertiré en un dragón hasta que el dolor se apague una vez me haya consumido.

No hay comentarios :

¿Qué opinas?