Cuando descubres que alguien querido y cercano te traiciona, la peor venganza no es el mostrar tu disgusto. No es el odio. No es el rencor. La peor venganza no es ni siquiera vengarse. Eso no hará crecer en su interior el arrepentimiento, al tiempo que el miedo y el dolor. La peor venganza es cuando te distancias, abandonas la vida de alguien de repente. Sin respuestas, sin despedidas, sin motivos aparentes. Y lo dejas ahí solo, en el olvido, con la duda, con la desesperación de intentar conseguirte de nuevo sin saber bien qué hizo para perderte. Solo con un "si hubiera", un "tal vez" y un "¿por qué?"
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