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Odio el mundo

Odio el mundo, es un lugar horrible. Los autobuses nunca pasan a su hora, la gente no dice por favor ni gracias, hay prejuicios y a nadie le importan los demás. Solo reímos, nos quejamos o lamentamos cuando nos ocurre a nosotros, cuando les ocurre a otros envidiamos, ignoramos y culpamos. Todo tiene precio, desde los baños públicos hasta el arte y las historias. Y por alguna razón que desconozco hay gente que disfruta haciendo daño, tanto niños como adultos. Nos encanta criticar las vidas ajenas, aunque no nos afecten para nada, y además siempre tiene que haber alguna moda que se imponga sobre las demás y alguna pauta totalmente inútil que de no seguirla, te convierte automáticamente en la lacra de la sociedad. Odio a la gente que se mueve como si fueran divos creyéndose superiores. Odio las leyes tan injustas. Odio la hipocresía. Odio la falta de respeto de quienes hablan a voces a ponen música a todo volumen estés en el metro o en la casa de al lado a las tres de la mañana. Odio lo oportuno que es todo: que cierren las librerías justo en exámenes, que llueva el día que justo vas a la piscina, que se te pinche una rueda justo antes de salir de viaje. Odio la poca profesionalidad de muchos que se hacen llamar "profesionales": médicos que no saben diagnosticar, profesores que no saben enseñar, políticos que no saben llevar un país... Y aún haciendo mal su trabajo les pagan. Odio la hipocresía.

Hay cosas que no van a cambiar, pero la razón por la que más odio el mundo es porque podría ser un lugar mucho mejor con unos pequeños cambios en la gente: ser más puntual, tratar de ponerse en el lugar del otro, darse cuenta de que hay cosas más importantes que el dinero... y mucho más bonitas que el sufrimiento ajeno. Vivir nuestra vida y dejar de meterse en la de los demás, defender la libertad de cada uno y ser uno mismo, sin seguir al rebaño. Sin que exista un rebaño. Tener un poco de humildad, moral y sentido de la justicia, sobre todo aquellos encargados de impartirla. Y un poco de sinceridad no nos vendría mal. Mostrar educación, porque nadie aquí se ha criado con rinocerontes... y profesionalidad cuando te has pasado años preparándote para cualquier profesión (demuestra al mundo que has aprendido algo). Odio el mundo porque podríamos ser mejores... pero no queremos. Como si no nos diéramos cuenta de que somos una sociedad... y en tanto los demás nos necesitan, pero todos necesitamos a los demás para sobrevivir.



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