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También hay lunas azules |
El cambio de aspecto lunar se debe a las variaciones de su superficie iluminada por el Sol. Cuando el disco lunar se encuentra en las cercanías del disco solar no aparece iluminado o sólo brilla un pequeño sector (Luna Nueva); éste irá ampliándose a medida que transcurren los días y se aleja del Sol. En la puesta de Sol y aparecer simultáneamente la Luna, se habrá completado el brillo de todo el disco lunar; entonces se dice que es Luna Llena. Posteriormente, se podrá observar que la sección brillante del disco disminuirá de tamaño y cambiará de forma a medida que se acerca nuevamente al Sol hasta que, en sus cercanías, prácticamente desaparece de la visión (Luna Nueva). De este modo se repite una rutina de transformaciones denominada ciclo de las fases lunares.
El color del suelo lunar depende mucho del ángulo de incidencia de los rayos solares sobre su superficie. En realidad, la Luna es bastante oscura según ha sido confirmado por los astronautas, además de las imágenes recogidas por las diferentes naves que la sobrevolaron. Objetivamente, el color de la Luna es de un amarillo oscuro, similar al de la arena húmeda; el hecho de que la veamos a simple vista tan clara y brillante, se debe sólo al contraste de su brillo con el fondo oscuro del cielo que la rodea.
En las cercanías de la Luna Nueva el disco lunar aparece suavemente iluminado: es la luz cenicienta debido a que la Tierra refleja sobre la Luna la radiación que recibe del Sol.
La Luna no posee atmósfera. Una consecuencia llamativa de ello es que la línea que en su superficie separa la región iluminada de la oscura (llamada terminador) es perfectamente nítida (así se aprecia desde la Tierra). Si tuviera atmósfera el terminador sería borroso, y mostraría un ligero resplandor como el que se observa en los crepúsculos terrestres.
Como curiosidad a parte, la Luna ejerce una continua influencia física sobre nuestro planeta: un ejemplo conocido es el fenómeno de las mareas; esto es, la fuerza de atracción gravitatoria lunar produce una leve deformación en la superficie terrrestre, la cual se evidencia por el flujo y reflujo continuo en las aguas de los océanos y mares de la Tierra.
Más en http://feinstein.com.ar/LaLuna.html
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