La historia de nuestra vida

Decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide, decide.

Tú decides:
Irte o quedarte.
Hablar o callar.
Sonreír o llorar.
Vivir o morir.

La encrucijada de posibilidades le bombeaba en la cabeza como un tambor. Algunas decisiones llevaban tiempo, pero casi nunca. Solo tenía que escuchar sus sentimientos del presente y sus sentimientos del futuro y ya estaba todo hecho. A veces se arrepentía, pero por eso era humano. Así que por fin decidió quedarse. Se dirigió a su silla y decidió sonreírle. Ella se decidió entonces a saludarlo. Decidió devolverle el saludo y hablaron durante horas. Decidió pasar toda la tarde con ella. Y mañana, y al día siguiente. Siempre decidían estar juntos. Él había decidido hace mucho que quería estar con ella para siempre, pero desconocía la decisión de la chica. Así que decidió decirle lo que pensaba en realidad. Y por fin se decidió a besarla. Y en el momento en que lo hizo decidido, aunque no lo había planeado, supo que jamás olvidaría el sabor de ese beso ni el Big bang que produjeron esos labios al juntarse.

Una decisión puede tomarse en un segundo, pero su efecto dura toda la vida.

La vida no es más que una serie de decisiones, que provocan consecuencias, que nos crean sentimientos, que riegan una historia... La historia de nuestra vida.