¿Has pensado la cantidad de cosas a las que renuncias por una falsa seguridad? Quedarte, cuando en realidad quieres marcharte lejos, a un lugar donde no sepan tu nombre. Aceptar un aquí y ahora, mientras deseas un allí incierto y desconocido, en un tiempo inmediato. Y sin embargo no eres consciente de la facilidad con la que podrían derrumbarse todas las cosas aparentemente importantes en solo un momento. Tener miedo de arriesgarte por algo deleznable a cambio de conservar un estado tan frágil y dudoso como tu anhelo. Recuerda que la vida no lleva garantías, ni aquí ni allí. Estés donde estés, vayas donde vayas, tienes las mismas probabilidades, pero solo ochenta años de vida.

¿Quién no ha querido cambiar de aires y empezar de 0?
ResponderEliminarTal vez una forma de huir...
;)