Amor es la ilusión de que un hombre es diferente de los demás. Lo idealizamos. Nos engaña porque deseamos desesperadamente que sea cierto. Hasta que llega la realidad y nos abre los ojos. "Ese hombre era como los demás, no merecía la pena..." Hasta que una palabra, una escena, un momento, nos enfría el corazón y vemos con claridad que tan solo era otro. Lo devolvemos con el resto de sapos y seguimos buscando al que se convierta en príncipe. Como si no supiéramos que los príncipes están en vías de extinción.

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