El escalofrío es magia. Es ese momento en que tus impulsos nerviosos se convierten en una sensación palpable. Como si de repente descubrieras que estás vivo y corre electricidad bajo tu piel. Es ese sentimiento que te recorre de arriba abajo y te pone la piel de gallina cuando algo cala hondo en tu interior. Es la voz de quien llevas tanto tiempo esperando. Es la foto que te devuelve a ese recuerdo nostálgico. Es la escena más estremecedora jamás escrita. Es una especie de pausa en el tiempo, como si quisiera que te tomaras un segundo para grapar algo en tu corazón. Lo mejor del escalofrío es que habla de miedo y de felicidad, habla de excitación y de sorpresa, habla de ilusión y de impresión, de frío y calor. El escalofrío es algo tan... que no tiene emoción comparable.
Es la intensidad hecha materia.
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