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Las mentiras son un juego que va de perder


Lo primero que deberías plantearte es si merece la pena, si has cometido un delito tan grave que no puedas decir la verdad
Te levantas prometiéndote una vez más que no habrá más mentiras. Que serás transparente como el agua. Te preguntan qué tal estás y respondes que bien. Has vuelto ha fallar y prometes que habrá sido la última.
¡Pero es que es tan difícil!
No sabes ser como el agua sin ahogarte.

Y en el fondo todos mienten. Y en el fondo es que tienen miedo.
Tienes miedo, sin saber de qué exactamente. Eso te pasa. Tienes miedo.
Miedo a ser juzgado. Miedo a derrumbarte. Miedo a los demás.
Así que haces crecer un muro de mentiras a tu alrededor, y crees que si te aislas, estarás a salvo, podrás guardar bien tus secretos.

En el fondo es que todos tienen miedo. Porque todos tienen algo que ocultar.
Te enfadas cuando lo que necesitas es amor, comprensión. Sonríes cuando lo que quieres es llorar. Te encierras cuando deseas escapar, correr.
No te das cuenta de que el secreto que te impide dejar de mentir es el mismo que hace retroceder a quien tienes al lado.
Y al final te conviertes en prisionero de ti mismo. Todos son prisioneros en un juego que va de perder.

En el fondo todos mienten. La diferencia solo radica en a quién engañan: quizá a nadie, puede que a los demás, y en el peor de los casos, a sí mismos.
Libérate
Es que no has probado a salir del agujero para darte cuenta de esto que te digo. Y por eso no sabes que todo el mundo vive ahí, como tú. Todos se han vuelto esclavos de lo que pensarán los demás.
Hipócritas, mentirosos, tímidos, solitarios, pasotas, en las nubes, cerrados, independientes, falsos... les llaman de todo, menos auténticos y naturales.

Así que sal si quieres ser libre de una vez, porque ya no queda nadie aquí fuera.

Hazlo porque:
1. No hay nada por lo que merezca la pena mentir. No es tan grave. Piensa que podría haber sido peor.
2. Liberarse no es tan malo, no es tan difícil, y sienta tan bien...
3. Nadie va a matarte, a reírse o a odiarte eternamente por lo que sea que pase o haya pasado.
4. El delito siempre es peor si no se confiesa. Al final todo puede acabar descubriéndose de todos modos.
5. ¿De qué sirven los amigos si no puedes confiar en ellos? Están para ayudarte, para aconsejarte, para comprenderte, para apoyarte...
6. Posiblemente eso de lo que te sientes tan avergonzado, le pasa o le ha pasado a medio mundo.
7. La sinceridad está bien vista. Lo consideran una virtud.
8. Conseguir que no te importe lo que piensen los demás es el reto más guay del mundo. ¡Atrévete a cantar en el metro o a ir disfrazado por la calle! Atrévete a tener personalidad.
9. Sí, yo he cometido mil errores o me han pasado mil cosas vergonzosas, ¿y a ti no, o qué? ¿qué vas, de perfecto?
10. No tienes nada que temer si no tienes nada que ocultar.

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